Cuando cae una gota de dolor, destiñe por completo la ilusión, abarca el miedo al sentimiento envolviéndolo en unísono sufrimiento.
Machacada la emoción, humillada desteñida la ilusión, tan frágil tan insignificante se volvió, que ahora mendiga del amor que una vez la alimentó.
Que pasó? Como fue que te perdí? Ya no hay prueba de tu existencia, te fuiste con la mirada fija al suelo y no regresaras jamás.
Yo te cuidaba, te lo prometo que te cuidaba, yo te di un pedestal y ahí estabas abanicada por sonrisas y viviendo muy a prisa.
Lo siento de verdad, lo siento, yo no quise que te fueras, no eres tú, es el miedo a quien culpar.
viernes, 25 de junio de 2010
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