No sé si hieren más tus palabras como finas dagas o el camino largo sin fin, no me envenenes el corazón de esa manera tan fría, guarda en un cajón por favor esa amargura.
Si en mis labios busco siempre la palabra que florezca!
Evita buscarme en el bosque del resentimiento, cuando sabes que en él me pierdo con gran facilidad
Calla entonces, cierra tus ojos antes de verme correr herida.
jueves, 20 de mayo de 2010
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